sábado, 13 de agosto de 2011


La noche absorta de sonidos, producidos por la gran ciudad. Mientras alucinación cruza la vía como si fuera pasarela. Su piel manchada por el mugre de una esquina, los nudos de su cabello, de tantos bailes nocturnos, causados por su botella de agua, y su pipa de papel de los 80's; sus zapatos clásicos descabellados, sin cordón, con punta de hierro para evitar accidentes y patear traseros. . En su travesía, por una vía principal, a paso firme tambaleando, le sonríe a la gente su gran perdición de colores; le da vida a su barba combinándola con sus dientes color café; café tabaco, sus caries y su sonido a felicidad perdida. Tan solo le vi cruzar. . Mientras en sus manos llevaba una varilla, para jugar hockey con las ruedas de los camiones. 


Su cabeza gira alrededor de las ideas, poco comunes, saltarínas y voladas. No sale de su centro; gira y gira no se cansa de girar; de gritarle al mundo, de reír de el, de gozar con historietas y bailar reggae.
Le gusta esconderse y que nadie lo encuentre, se deja ver poco, pero si que se siente. Anda libre, con su ansiedad; ansiedad que le mantiene pensante, distraído entre humo, colores y mundos. 
Seguridad, poco segura, a su manera. Analiza y calcula, sin operaciones. Hace de las suyas sin restricciones. Usualmente no es predecible. Actitud con muchos ingredientes, su sabor agridulce, rutinario poco casual. Clásico pensador sin forma, tan propio de si que no abandona su encanto.
Curioso, minucioso, encarretador. Escritor de sus horas y lector de sus días. El espejo y sus preguntas, su estado y su respuesta. Observa en tiempo completo, destruir su pasatiempo. Y sus ojos mi mayor debilidad.