lunes, 7 de noviembre de 2011


Frió de verano, en esta fría ciudad. Tan escandalosa 
como el tiempo se lo permite. Los asientos del autobús, ausentes como la vida misma, sin saber si esta, o si se ha bajado 
en el camino;  El tren al cruzar, las personas pasar, al segundo olvidar, todo lo que ocurrió y se dejo de ver. Tan simple 
como la luz en la oscuridad; la ciudad bajo el brazo de la noche. La piel. Noche tan brillante, su aliento tan frió 
como la sombra que me abraza mientras camino. Su voz.
 Onda como el vació de su existencia, tan débil; fuerte sonrisa 
-linda figura- sin ser cobarde, pero negra como 
sus intenciones mas puras. Profundo. -¿Que escondes?-, No respondió. 
Como siempre la duda su mas certera verdad, sin dejar escapar el deseo de su encanto; Amándote como nunca, con tantos colores, como la vida misma, el principio de la mañana, el suspiro de tus labios . Los puntos suspensivos de tus estrellas.