miércoles, 28 de septiembre de 2011



Evaporarse tan rápido, al instante, a la vista, que nadie te toque y que el último adiós no exista. Que no halla una tumba ni un lugar, que solo quede el último suspiro, allí, donde todo quedo y no hubo nada. Quedarse en el  aire donde nadie te ve, que solo te escuchan, y no te entienden.. . Siendo admirada por una mente, que no entiende lo que cuentas, y dice, que le das tranquilidad, aún sin saber lo que se esconde atrás de su sombra. Evaporarse, como el agua en tu piel, como el beso en tus labios, como un abrazo en medio de la noche, así de frió, de ausente, como una mirada en la oscuridad, sin distinguirse, tan incomoda, como dormir entre tablas en una habitación lejana, sin ninguna voz a la distancia. No estoy sola. O sí. Hay alguien dentro de mi que tiembla. No estoy sola, existe una soledad que se reusa a dejarme aqui, mantiene en la esquina de mi cama, bajo el oscuro día y la noche encendida, no me habla, como si quisiera dejarme, pero nunca pasa, por que siempre hay fantasmas que se rehúsan a mostrarse sin sabanas. Pero no estoy sola, siempre hay alguien, aunque sea la ausencia.  

Le escribiría a un piano. Me enamoraría de cada una de sus partes, de cada melodía, que me eriza la piel, que no me deja abrir los ojos, que me pone a soñar y a crear historias con bailarinas y príncipes de todos los colores.