domingo, 18 de agosto de 2013

 
 
 
 

"Cuando yo era pequeño, conocí a una niña con unos grandes
ojos negros. Íbamos juntos a clase y ella siempre me miraba,
pero yo nunca le decía nada porque era muy tímido.
Un día, cuando volví del recreo, ella había dejado un
avioncito de papel encima de mi pupitre. Yo la miré, ella ya
me miraba y sonrió, pero no le dije nada porque era muy
tímido. Pero el segundo día había dejado dos avioncitos de
papel. La volví a mirar, me volvió a sonreír, pero nada,
seguí sin poder decirle nada.
¿Al tercer día? Al tercer día el pupitre estaba lleno de
aviones de papel.
¿La clase? La clase estaba llena de aviones de papel.
¿El colegio? El colegio lleno de aviones de papel.
Entonces no tuve más remedio que buscarla, y la busqué y
cuando la encontré le dije:
"¿Por qué? ¿Por qué me regalas tantos aviones de papel?"
Y ella me contestó:
"Porque tú, Tú eres mi cielo".

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